Imagen
Chemicals

Propósito de la Agenda

  • Reemplazar las sustancias químicas nocivas con alternativas más seguras
  • Mejorar la salud y la seguridad de los pacientes, del personal, de las comunidades y del medio ambiente utilizando sustancias químicas, materiales, productos y procesos más seguros, yendo más allá de lo que exigen las normas ambientales.

El problema global

La exposición a sustancias químicas tóxicas comienza antes del nacimiento y se prolonga durante toda nuestra vida. Muchas de estas sustancias han sido relacionadas con afecciones graves, como asma, esterilidad, dificultades de aprendizaje, enfermedad de Parkinson y cáncer . Estas sustancias químicas también son una fuente importante de contaminación del aire en espacios cerrados. Algunas, como el mercurio y las dioxinas, han sido identificadas como sustancias químicas preocupantes a nivel global por los Gobiernos del mundo, debido a su contribución a problemas de salud ambiental internacionales.

Un porcentaje sustancial del total de casos de cáncer son atribuibles a la exposición ambiental y ocupacional . Las mujeres embarazadas, los fetos, los bebés, los niños y los trabajadores son grupos especialmente vulnerables. Al día de hoy, cada año se diagnostican en el mundo doce millones de casos de cáncer, y más de siete millones de personas mueren por esta enfermedad todos los años. La mayor parte de los casos de cáncer se producen en países de ingresos bajos y medios, y esta proporción va en aumento . La OMS ha calculado que casi una décima parte de la totalidad de muertes prevenibles ocurridas en 2004 se debió a sustancias tóxicas.

Se proyecta que la industria global de sustancias químicas, en general, experimentará un crecimiento sostenido hasta el 2030, período durante el cual continuará incrementándose el uso y la producción de sustancias químicas en los países en desarrollo. En paralelo con esta tendencia, es casi seguro que seguirán acentuándose los efectos de las sustancias químicas en la salud.

Soluciones hospitalarias

En los hospitales, las sustancias químicas están en todas partes. En los Estados Unidos, por ejemplo, el sector de la salud es el principal usuario de sustancias químicas, con un gasto que equivale a más del doble del realizado por el segundo sector de mayor consumo de la industria. En muchos otros países, los sectores sanitarios también consumen cantidades significativas de sustancias químicas. Como señala el documento de la ONU Strategic Approach to International Chemicals Management (SAICM):

El sector de la salud es uno de los principales consumidores de sustancias químicas, incluidas aquellas que tienen serios efectos, ampliamente documentados, en la salud y el medio ambiente. Así, un sector cuya misión es proteger la salud humana contribuye a la carga de morbilidad. Las sustancias químicas de los productos utilizados en la atención sanitaria afectan la salud humana a lo largo del ciclo de vida de dichos productos, es decir, durante su producción, uso y disposición. Entre las poblaciones vulnerables se encuentran los pacientes, los trabajadores de la salud que se ven expuestos a estas sustancias diariamente, los trabajadores fabriles que manufacturan los productos, los trabajadores de plantas de disposición de residuos y las personas que viven en las cercanías de fábricas o de los sitios de disposición de residuos.

Investigaciones recientes en algunos países muestran que, posiblemente, los empleados del sector de la salud estén más amenazados por las sustancias químicas utilizadas en sus lugares de trabajo que el público en general. Por ejemplo, existen informes según los cuales los trabajadores del sector salud tienen la tasa más alta de asma del adulto comparada con la de los principales grupos de trabajadores, y mayor riesgo de contraer enfermedades respiratorias crónicas.

Muchas sustancias químicas utilizadas en este sector se emplean para fines específicos propios del cuidado de la salud, por ejemplo, la quimioterapia, para tratar el cáncer, o los desinfectantes usados con fines de esterilización. Sin embargo, cada vez más hospitales reemplazan algunas de las sustancias más peligrosas con alternativas más seguras, sin sacrificar por ello la calidad de la atención brindada al paciente. Al abordar la exposición a sustancias químicas en los contextos sanitarios, el sector de la salud puede no solo proteger la salud de pacientes y trabajadores, sino también demostrar activamente una gestión segura de sustancias químicas y, de esa manera, predicar con el ejemplo.

Acciones concretas:

  • Elaborar políticas y protocolos para toda la institución sobre sustancias químicas y materiales, a fin de resguardar la salud de los pacientes, de los trabajadores y de la comunidad, proteger el medio ambiente, y al mismo tiempo, ayudar a desarrollar la demanda de alternativas por parte de toda la sociedad.
  • Implementar un plan de acción referido a sustancias químicas específico del establecimiento, que incluya parámetros de referencia y líneas de tiempo.
  • Participar de la Iniciativa Global de la OMS y Salud sin Daño para un cuidado de la salud sin mercurio, reemplazando todos los termómetros y medidores de presión arterial que contengan mercurio con alternativas seguras, de precisión y económicamente accesibles.
  • Abordar el problema del uso de sustancias químicas preocupantes, incluidos, por ejemplo, el glutaraldehído, los retardantes de llama halogenados, el PVC [policloruro de vinilo], el DEHP [di(2-etilhexil) ftalato] y el BPA [bisfenol A], y buscar alternativas y sustitutos más seguros.
  • Adoptar políticas que requieran que se brinde información sobre los ingredientes químicos que integran los productos y materiales, y asegurarse de que todos los ingredientes hayan sido sometidos, al menos, a una prueba de toxicidad básica.
  • Cuando se identifiquen productos o materiales que contengan sustancias extremadamente preocupantes —es decir, identificadas como cancerígenas, mutagénicas o tóxicas para la reproducción, o que sean persistentes y bioacumulativas, o que ameriten una preocupación similar— los hospitales deben hacer de su reemplazo con alternativas más seguras una alta prioridad .