Mónica Lisett Castaño Tovar todavía era una niña cuando vio cómo una explotación minera de bauxita contaminaba los ríos de Jamundí, en el Valle del Cauca, Colombia. Tomar conciencia del deterioro ambiental la marcó profundamente. 

A los 16, fue mamá. Sufrió la desaprobación familiar y sintió que el mundo se acababa, pero supo salir adelante: terminó sus estudios con calificaciones excelentes e ingresó a la universidad para convertirse en Administradora del Medio Ambiente y de los Recursos Naturales. 

Desde 2005, Castaño Tovar trabaja como responsable ambiental en la Fundación Valle del Lili, un hospital de alta complejidad que atiende a más de 90 000 pacientes al año en Santiago de Cali. De entrada, tuvo que superar barreras. “Parece increíble, pero uno de los grandes retos que he tenido es lidiar con las ideas machistas”, reconoce. “Otro punto complejo fue que éramos la primera institución de salud del país que iba a obtener la certificación del Sistema de Gestión Ambiental. Estaba sola en el mundo; no tenía pares que me entendieran, que hablaran el mismo idioma”, recuerda Mónica. 

Como coordinadora, Castaño Tovar se ha enfocado en compras sustentables. Las compras sostenibles se convirtieron en el eje de su gestión. En 2012, se creó el Programa CoEco (Compras Ecológicas y Consumo Sostenible). Más tarde, profundizaron la iniciativa gracias al trabajo con Salud sin Daño y al impulso del proyecto Compras sostenibles en salud (SHiPP, por sus siglas en inglés).  
 

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